Y llegó la última

Por lo menos de este 2008.
Y las emociones son muchas y muy variadas.
Alegría inmensa por todo lo que fue generando Blancagrande en cada uno de nosotros y en el público que la vio.
Por estas cosas maravillosas (o no) que tiene nuestro país, fueron a ver la obra varias personas con increíbles y cálidas historias de su paso por Blancagrande.
Una pareja que de jóvenes vivían cerca e iban mucho a la laguna, un señor que su padre era maquinista del tren (cuando había) y solían dormir en un pueblo cercano (Blancagrande nunca tuvo hotel), alguien que iba a algún otro pueblo cerca y pasaba seguido, una mujer que sus padres fueron maestros del pueblo... pero contrario a todo esto, en la Municipalidad de Olavarría casi nadie está enterado que ese pequeñísimo pueblo de tan sólo 45 habitantes, les pertenece como municipio. Una pena... gran pena.

Como experiencia me quedo inmensamente conforme. Conformamos un sólido grupo de trabajo, con actores que se jugaron en cada función, siempre con ganas de hacer más, de poner más, de brindar más.
Con una asistente que me dio todo y me permitió estar ocupada sólo en lo que debía.
Y la sala... entrada aparte de este blog para la sala. Un cariño inmenso.

Y decirles a todos los que fueron a verla, MUCHISIMAS GRACIAS!!!!!
Nos quedan bellos recuerdos de cada función. Gracias al público por eso.

Y ojalá el 2009 nos encuentre de regreso.